Jorge Fernández Díaz se confiesa

El ex ministro escribe sus memorias en las que relata su conversión y las relaciones Iglesia-Estado con los gobiernos del PP y PSOE

Jorge Fernández Díaz.
Jorge Fernández Díaz.

Cada día tiene su afán

Jorge Fernández Díaz

Península

Las memorias son un género especialmente atractivo para el gran público, pero de menor valor para la metodología historiográfica, más volcada en las evidencias factuales que en la memoria o en la defensa de la causa propia, y no pocas veces de la ajena.

Es frecuente que personajes públicos de relevancia escriban, al término de un período clave de su vida, sus memorias, en las que hacen recuerdo y balance de su trayectoria.

Así ocurre ahora con quien ha sido protagonista de la vida pública española y ha ejercido importantes cargos en el pasado reciente, Jorge Fernández Díaz. Y que además se ha caracterizado, en gran parte de su trayectoria política, por ser un hombre de fe, de arraigada creencias, y de no menores relaciones con la Iglesia católica y sus líderes.

Historia del centro-derecha 

Uno de los innegables valores de estas memorias, bien entrelazadas en cuanto a la secuencia de las fechas abundantes de los últimos cuarenta años de la vida política española, es el testimonio sobre la historia del centro-derecha, su evolución, sus protagonistas principales y primeros. Por cierto, queda muy evidente la costumbre de Jorge Fernández de desentrañar el carácter simbólico de las fechas como ratificación de mensajes de lo divino, práctica que no sé si hay que relacionar con el método de la Cábala.

Nuestro autor no hace teoría política, aunque son notables sus excursus de reflexión al hilo de los acontecimiento. Algunos de ellos sorprendentes, por ejemplo, como el de la página 102 en el que refiriéndose al Congreso Nacional sucesorio de Fraga escribe sobre cardenales y Cónclaves, ¿solo en clave de pasado?

La vida de Jorge Fernández Díaz viene a ser un acta de la derecha española, de sus fluctuaciones, de sus incidencias y, también de sus olvidos. Y también de esa derecha que, como decía el clásico, produce aquello de “al suelo, que vienen los nuestros”. No sé si todo esto explica algo la aparición de VOX en el escenario político.  

 

Mariano Rajoy y Cataluña 

Es innegable que a Jorge Fernández hay que relacionarle con Mariano Rajoy, personalidad que le ha llevado de la mano durante gran parte de su trayectoria política. Pero también aparecen otros nombres por los que siente admiración, como puede ser el caso de Manuel Fraga. Por cierto que quedan bien reflejados algunos otros que no parece cuenten con su anuencia, por ejemplo, Vidal Quadras o Roures en otra vía.

Hay que destacar de este volumen, máxime en este momento de nuestra situación política, todo lo referido a la historia política de Cataluña, por ejemplo, el papel del “Pacto del Majestic” o a la evolución interna del PP catalán. En este sentido sorprende que no aparezcan, incluso con más frecuencia, determinados referentes, tanto de la política como de otros ámbitos sociales, en particular del periodismo. Aquí la memoria quizá es más selectiva.

Y hablando de hombres, quiero destacar el agradecimiento a una persona clave en su trayectoria política, mi recordado Antonio Perea. Valga aquí mi sentido recuerdo a Antonio.

Dada la naturaleza de esta reseña, no voy a referirme a los capítulos finales en los que se abordan los años y episodios más recientes en el Ministerio del Interior, y los lugares comunes de las polémicas en las que nuestro autor se ha visto involucrado.

Tampoco citaré las interesantes reflexiones sobre las políticas acerca del fenómeno de las migraciones –que bien debieran leer algunos- y los temas relacionados con seguridad. Por cierto, interesante la versión sobre la detención del Rey de Marruecos y, en otro orden de cosas el papel de Jorge Fernández en el caso del Valle de los Caídos post época de Zapatero.

Su conversión y vuelta a la fe 

Solo quiero dejar constancia dos algunos aspectos. Uno, el protagonismo que tiene su conversión, los episodios ocurridos en Las  Vegas en 1991 y su vuelta a la práctica de la fe, el cambio de vida moral y la adscripción al Opus Dei (ingreso el 19 de abril de 1998).

Y, también, lo relacionado con la Iglesia en España. Comienzo por destacar la versión sobre su época en el ministerio de Educación, Universidades, Investigación y desarrollo, y el tema de la asignatura de Religión –enero de 1999 a mayo de 2000-.

Cuenta ahí la “absoluta hostilidad” de la Conferencia Episcopal al planteamiento de Rajoy en el tema de la asignatura de religión, y los esfuerzos que estaban haciendo desde el ministerio para dar un cauce adecuado a la asignatura y a la situación laboral de los profesores de religión. Su visita a monseñor Re y cómo se levanta acta del final de la presidencia en la CEE de monseñor Elías Yanes.

Otro de los grandes temas de la relación con la Iglesia fue el caso de Federico Jiménez Losantos en la COPE contra Rajoy, del que el autor del libro es también protagonista en cuanto se coloca al lado de Rajoy.

Las referencias a Rouco y también “al malogrado” Alfonso Coronel de Palma habrá que contrastarlas con otras fuentes. Entiendo que “malogrado” Alfonso por el hecho de su repentina muerte en la plenitud de la vida. Parece que si la cena de Rajoy con Rouco en mayo de 2008 “acabó sin acuerdo”, sus oficios para que interviniera en esta historia el cardenal Cañizares no pueden convertir al final a Rouco en el malo y a Cañizares en el bueno, por decirlo finamente.

Página 117: “Comento esto para poner en valor que, cuando tomé posición pública a favor de Rajoy y hablé con Rouco para manifestar que la crítica era injusta, los hechos me avalaban. Hablé también con el cardenal Cañizares, por entonces vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Toledo, y con el que mantengo una muy estrecha relación personal. Le planteé la situación y mi preocupación por que se pudiera complicar aquella implicación tan intensa de la jerarquía en un proceso político intrapartidario. El caso es que mi mediación propició que hubiera un acercamiento personal entre Rajoy y Cañizares. Cenamos los tres en casa de Rajoy y creo que el acercamiento humano del cardenal Cañizares a Rajoy produjo una distensión que era muy necesaria en aquellos momentos”.

Zapatero y la Iglesia 

¿De verdad piensa el autor que el Presidente de la Conferencia Episcopal estaba en una operación de implicación en “un proceso político intrapartidario”? ¿A favor de quién, en contra de quién? ¿De verdad que piensa el autor que el arzobispo de Madrid utilizaba a Federico Jiménez Losantos en esa operación? Quizá estos aspectos hubieran necesitado de mayor desarrollo en el libro.

Por otra parte, si quienes querían mover la silla a Rajoy representaban un PP más alejado de los valores cristianos, ¿cómo se colige con el hecho de que el entonces presidente de la Conferencia Episcopal estuviera en esa maniobra?

Si seguimos con la historia, es muy interesante lo que el autor afirma de los gobiernos de Zapatero con la Iglesia, y de la respuesta tanto de la Iglesia como del PP… Y sobre los gobiernos de Rajoy, lo que no queda muy claro en el libro son los problemas de conciencia que le surgieron a raíz de la dimisión de Alberto Ruiz Gallardón con su propuesta sobre el aborto.

Vayamos al epílogo y agradezcamos al autor, por supuesto, no solo las memorias, sino que hable de las apariciones de San Sebastián de Garabandal.

Portada del libro de Jorge Fernández Díaz.

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