La crisis ecológica desde una perspectiva humanista

La ecología, la lucha contra la contaminación, la protección del medioambiente, la preservación de la naturaleza, se han convertido en prioridades en la agenda de la política y de los medios de comunicación. Y también de la Iglesia. No se trata solo de cuestiones científicas, que también. En estas temáticas subyacen concepciones antropológicas, filosóficas y, por supuesto, religiosas. O si quieren decirlo de otro modo, teológicas.

Por eso es necesario un siempre esclarecedor ejercicio de separar lo que es científico de lo que no, lo que subyace de filosofía encubierta y lo que es evidente, y lo que llevan implícito determinadas concepciones religiosas que entran en contradicción con la fe cristiana.

Ecología y transcendencia 

El sacerdote Pedro Urbano López de Meneses ya se había adentrado en estos terrenos con su “Teología de la creación”. Ahora, en este libro, no muy voluminoso en páginas, ofrece una serie de criterios que hay que tener en cuenta a la hora de abordar estas materias.

Todo ello a partir de una tesis que argumenta a lo largo del libro: “La ecología –bien entendida con estos criterios morales y espirituales- apela, por consiguiente, a la trascendencia. Porque nos recuerda que somos creaturas y debemos el ser a muchos otros seres, que nos han precedido. En última instancia, se lo debemos a Dios Creador y padre bueno de toda la Creación”. 

Presentar la crisis ecológica desde una perspectiva humanista, teológica, al fin y al cabo, supone adentrarse en el análisis de autores, corrientes, tendencias. No hay que olvidar, por ejemplo, que Lynn White, profesor de Historia en Princenton, consideraba que la fe cristiana es la responsable de la crisis ecológica contemporánea.

Ecología y antropología 

Entiende bien el autor que detrás de cualquier concepción ecológica hay un concepción antropológica, y por tanto, teológica. Detrás del cuidado de la creación hay un combate teológico. Por eso es interesante el esfuerzo de poner en evidencia, como dice el Papa Francisco en “Laudato Si´”, la relación entre la doctrina de la creación con determinadas verdades prácticas o morales, resaltando la dimensión cosmológica de la enseñanza moral de la Iglesia.

Hay que destacar en este libro los capítulos dedicados al análisis de la Escrituras, la perspectiva cristológica y lo referido a la enseñanza de los padres de la Iglesia y de los autores de la Tradición. No hay que olvidar que ya san Pablo unía la dimensión creacional con la dinámica de la Redención.   

Otro aspecto relevante de este libro es lo referido al estudio de las desviaciones o los reduccionismos respecto a la experiencia religiosa relacionada con las más diversas religiones, desde las anímicas o mágicas a las que han divinizado a la madre tierra. 

Pacha Mama

Un capítulo que pudiera haber sido ampliado, dada la actualidad, es el referido a algunos fenómenos de esta naturaleza, como la Pacha Mama, abordados aquí desde un punto de vista conciliador, en la medida en que considera el autor que “no pocos pueblos han captado el poder de la Tierra de una forma religiosa, como una “Gran Madre”, a la manera de las religiones politeístas del pasado. Lo hermoso es que, aunque son religiones en las que faltan muchos elementos fundamentales para definir bien la relación con Dios, albergan dentro de sí un compromiso admirable con creación y con el Creador”.

La denuncia de una “ecología idolátrica”, en la medida en que hay determinados movimientos ecológicos que buscan defender con fuerza el mundo natural y no quieren saber nada de su origen trascendente, queda clara en este libro.

Cuidado de la creación 

Dos ideas finales. La preciosa idea del Papa Francisco de relacionar el cuidado de la Creación con la contemplación como antídoto ante determinados procesos destructores. Contemplación para alcanzar la sensibilidad respecto a lo creado.

Y, por último, no olvidar lo que escribiera Santo Tomás de Aquino en la “Suma”: “ Por sí mismas, las cosas creadas no nos apartan de Dios. Si no llevan a Dios es por culpa de aquellos que hacen un uso insensato de esas creaturas” (I, q. 65).

Admirable creación

Pedro Urbano L. de Meneses

Rialp