Los primeros seis años del Papa Francisco
Desafíos y críticas del actual Pontificado
Los colaboradores cercanos del Pontífice confirman su cercanía con las personas y su interés por los que más sufren, sin que sea una estrategia de mercadotecnia.
El pasado 13 de marzo ha sido el sexto aniversario de elección del Papa Francisco y el próximo 19 de marzo se cumplirán seis años del inicio de pontificado. De este modo, el pontificado que algunos pensaban sería breve y de transición continúa a escribir acontecimientos en la historia de la Iglesia.
Durante este tiempo, Bergoglio ha destacado a la Iglesia la importancia de la pastoral y del diálogo, como se ha podido observar en las dos asambleas sinodales sobre la familia y en los diferentes encuentros que ha realizado con creyentes de otras religiones también.
Aunque a algunos no les guste, Francisco ha denunciado claramente en diversas ocasiones la corrupción dentro y fuera de la Iglesia. Por ello, ha impulsado una reforma financiera que implica mayor transparencia en la economía de la Curia romana.
Quienes temen por cambios en la doctrina, pueden estar tranquilos, porque el Papa ha dicho claramente que no modificará el magisterio. Ha publicado hasta ahora solo dos encíclicas Lumen fidei y Laudato si,pero uno de los documentos más relevantes que expresa su pensamiento es la exhortación apostólica Evangelii gaudium y no Amoris laetitia como algún crítico puede juzgar.
Día a día, Francisco demuestra con el ejemplo la importancia de la cercanía a las personas, sobre todo con los que más sufren, con los vulnerables, como lo confirman sus colaboradores cercanos.
Aquellos que quieren hacer creer que el actual Pontífice tiene muchos opositores probablemente olvidan que los papados recientes han pasado por lo mismo. Sin embargo, el Papa continúa hacia adelante con la certeza de que la Iglesia es de Dios y no de las personas.
Obviamente uno de los desafíos más grandes es el tema de los abusos por parte de miembros de la Iglesia. Un tema que no ha iniciado ahora, pero que se está enfrentando con firmeza y este camino no tiene marcha atrás.
Seguramente algunas de las decisiones emprendidas no se comprenden o no se comparten, pero nadie puede negar que el Papa Francisco es un líder moral que está construyendo puentes y que recuerda la importancia del Evangelio en la vida del cristiano.
Hasta la próxima Crónica de Roma.
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