Tres papas en el Vaticano
Ya es poco común que se de una cohabitación de dos papas como la que hay ahora en el Vaticano. Aún menos frecuente es que se junten tres papas. Pero precisamente esto fue lo que ocurrió el pasado viernes.
Es la segunda vez en la historia. Hace 50 años de la última visita de un papa copto al Vaticano. En esa ocasión fue Pablo VI quien recibió a Shenouda III en un encuentro histórico en el que se acercaron las posiciones y se estrecharon lazos. Ambos ritos declararon conjuntamente que estaban de acuerdo sobre la doctrina relacionada con la devoción a la Virgen María, sobre Cristo y los sacramentos. El viaje de Shenouda fue un viaje ecuménico, igual que ha sido el de Tawadros II. Sin embargo ahora es Francisco el que recibió a Tawardos II en su primera visita al Vaticano y también el primer viaje internacional.
La comunidad copta es una de las más numerosas en Oriente Medio y por eso el papa copto vino a encontrarse con el papa de Roma para pedir ayuda y colaboración ante la situación que viven los cristianos -de todos los ritos- en esa región. Durante esta visita al Vaticano ambos papas rezaron juntos para encontrar nuevos modos de hacer que la primavera árabe no afecte violentamente a los cristianos. A pesar de los repetidos episodios de violencia que se han dado especialmente en Egipto en los últimos meses.
Tawadros II visitó también el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos y el Pontificio Consejo para las Iglesias Orientales y se reunió con su presidente, el cardenal Kurt Koch. Además de rezar ante las tumbas de San Pedro y San Pablo.
Esta visita se trata de un fuerte gesto de acercamiento de los cristianos orientales al Vaticano que viene en respuesta de otro importante gesto que Francisco realizó el día en el que fue elegido. Y es que al presentarse como obispo de Roma y dejando de lado su autoridad como Papa el día de su elección creó una corriente de simpatía entre las distintos ritos católicos que vieron en ese "ser obispo de Roma" un acercamiento, una rebaja buscada y un salir al encuentro de las Iglesias ortodoxas y orientales que buscan la unidad, pero con las que el diálogo se ha interrumpido.
Ahora dos obispos se encuentran y rezan juntos para solucionar los problemas que comparten y sobre todo para conseguir, en algún momento de la historia, la unidad que perdieron hace siglos.
