El embarazo no es una ‘enfermedad sexual’

Los agentes pastorales en África tienen que tratar de ayudar a las mujeres embarazadas que se encuentren en dificultad, y el embarazo no se puede tratar como si fuese una ‘enfermedad sexual transmisible’. Así lo han asegurado los obispos que asisten a la Asamblea Especial para Africa, que se celebra en el Vaticano.

El cardenal Théodore-Adrien Sarr, arzobispo de Dakar (Senegal), comentando en una rueda de prensa el documento que recoge las intervenciones de los 244 prelados que participan en el sínodo africano, ha advertido que "existe una salida a la maternidad difícil que no es el aborto".

En este contexto, el purpurado no ha dudado en señalar a la civilización occidental como culpable de querer imponer "una especie de imperialismo cultural", cuando lo que necesitan los africanos es "su ayuda, y no que intenten cambiar nuestro estilo de vida".

Por su parte, el cardenal Wilfrid Fox Napier, arzobispo de Durban, en Sudáfrica, ha dicho que los prelados africanos no entienden cómo en Occidente y en los países industrializados el derecho a la vida no es considerado un "derecho supremo".

Hablando del sida, el cardenal senegalés afirmó con rotundidad que la Iglesia "no es el problema" en la lucha contra esta pandemia; "la causa de la difusión -dijo- está en comportamientos sexuales irresponsables". Saliendo al paso de las informaciones confusas sobre este argumento, aclaró que la solución conlleva "fidelidad para las personas casadas y abstinencia para las no casadas".

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Lo dicho por los prelados africanos en Europa debería hacer reflexionar a los gobiernos de muchos países de nuestro continente, que tratan de imponer una cultura de muerte, desoyendo el clamor unánime de la mayoría, que defiende el derecho fundamental de todo ser humano a la vida.

Alfonso Bailly-Bailliére