Conclusiones de la cumbre vaticana sobre la protección de menores en la Iglesia
Los líderes eclesiales se unen en contra de los abusos
Serán publicados tres nuevos documentos acerca la protección de menores además de un vademécum para todas las iglesias locales.
Esta semana ha sido especialmente intensa en Roma por la cumbre vaticana del Papa Francisco con los líderes de la Iglesia en el mundo sobre la lucha contra los abusos sexuales a menores.
Sería imposible describir con detalle el contenido de las ponencias pronunciadas en el Aula Nueva del Sínodo que giraron en torno a tres ejes temáticos: la responsabilidad, la rendición de cuentas y la transparencia.
Lo que sí se puede destacar es la actitud de los 190 participantes de escucha ante el testimonio de las víctimas y la determinación con la que han afirmado que la protección de menores en la Iglesia es una prioridad para la Iglesia.
Religiosa nigeriana
Ha sido significativo cuando la religiosa nigeriana Verónica Openibo ha abordado el caso de los obispos en Chile y ha asegurado que el Papa Francisco es un ejemplo para todos porque fue “humilde para cambiar de idea, pedir perdón y actuar”. Esta es la actitud que los Obispos y Superiores generales están llamados a tener.
Es decir, que esta cumbre marque un punto en el que no se puede volver atrás en la lucha de los abusos de menores en la Iglesia. Y lo ha dicho claramente una de las personas más expertas en el tema, Mons. Charles Scicluna, los abusos son crímenes, al igual que el encubrimiento de ellos.
En esta línea, Scicluna ha reconocido que en la Iglesia hay problemas de comunicación interna -y también externa- por lo que ha dicho que no es posible rendir cuentas si no hay una línea clara de comunicación.
Periodista mexicana Valentina Alazraki
Y precisamente, una de las ponencias que más han sido comentadas ha sido la de la periodista mexicana Valentina Alazraki quien tuvo la fuerza de decir con claridad a los presidentes de las conferencias episcopales del mundo que si ellos “están en contra de los abusadores y de los encubridores, entonces estarán del mismo lado” y dijo “podemos ser aliados, no enemigos y les ayudaremos a encontrar las manzanas podridas y a vencer las resistencias para apartarlas de las sanas”.
De lo contrario, Alazraki ha advertido a los líderes de la Iglesia que “si no se deciden de manera radical a estar del lado de los niños, de las mamás, de las familias, de la sociedad civil, tienen razón a tenerles miedo, porque los periodistas, que quieren el bien común, serán sus peores enemigos”.
Por su parte, el moderador de la cumbre, el jesuita Federico Lombardi, ha anunciado que como conclusión concreta de este evento se publicarán próximamente tres documentos en contra de los abusos.
Motu Proprio
Se trata de un “Motu Proprio” del Papa sobre la protección de los menores y de las personas vulnerables que “reforzará la prevención y el contraste en contra de los abusos en la Curia Romana y en el Estado de la Ciudad del Vaticano”, de una nueva ley para el Estado de la Ciudad del Vaticano y de unas líneas guías.
Además, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicará un vademécum que ayudará a los obispos del mundo cuáles son sus deberes y qué deben hacer ante los casos de abusos. Este documento se espera en un par de meses, como Mons. Scicluna, ya lo había anticipado.
Por último, otra conclusión concreta de esta cumbre será la creación de “task forces” para ayudar a las conferencias episcopales y las diócesis que tienen problemas para aplicar las iniciativas sobre la protección de menores. Esta idea, ya había sido anticipada por el padre Hans Zollner.
Secreto pontificio
Ahora queda el seguimiento que el comité organizador hará junto a los jefes de los dicasterios vaticanos que participaron a la cumbre, en concreto, este lunes 25 de febrero a las 9.00 horas se reunirán por primera vez para analizar concretamente cómo seguir el tema. Otro desafío es la aplicación futura en las diferentes regiones del mundo.
Una última cuestión que me gustaría destacar es el estudio que se realizará sobre el secreto pontificio, por un lado, que permita continuar con cierta libertad en decisiones de trabajo interno pero por otra que no sea el pretexto para encubrir otros casos.
Será interesante también observar si la actual comisión pontificia de protección de los menores conseguirá tener mayor poder y será una comisión autónoma dentro de la Curia, como algunos sugieren, de este modo podrían con asesorar mejor al Papa y a las diócesis.
Más allá de las críticas que algunos manifiesten, esta cumbre ha sido histórica y se espera que marque un punto en el que no se puede volver atrás en la lucha contra los abusos en la Iglesia.