Novedades de la Misa del Gallo del Papa

Con ocasión de las ceremonias litúrgicas del tiempo de Navidad, el maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias, monseñor Guido Marini, explica los detalles más significativos de la Misa que celebrará el Papa en Nochebuena y la bendición del 25 de diciembre.

En la noche del 24 de diciembre habrá una breve vigilia de oración en preparación para la misa de medianoche, con la lectura de las profecías sobre la venida del Mesías. La Misa del Gallo concluirá con el canto de la Kalenda o pregón de Nochebuena, el anuncio de la Navidad, que se lee en la fecha del 25 de diciembre y que se presenta como una recapitulación de la espera universal del día que ya ha llegado, de la realización del Adviento del Señor. Al final de la Kalenda, un diácono desvelará la estatua del Niño Jesús, colocado, como de costumbre, ante el altar de la Confesión de la basílica de San Pedro.

En el canto del Gloria, entonado por el Santo Padre, sonarán las campanas de la Basílica, acompañadas del órgano. Al final de la Misa, cuando el Papa coloque la imagen del Niño Jesús en la cuna del Belén, varios niños -hijos de miembros del cuerpo diplomático ante la Santa Sede- provenientes de distintos continentes, realizarán el tradicional homenaje floreal ante el Niño.

Los pequeños también se acercarán en procesión al altar llevando las ofrendas al Papa. Como es habitual, explica monseñor Marini, junto a la imagen del Niño Jesús se pondrá el libro de los Evangelios para hacer hincapié en el gran evento de la noche de Navidad: el Verbo de Dios se hizo carne.

El 25 de diciembre, solemnidad de la Natividad del Señor, tendrá lugar la Bendición “Urbi et Orbi” (a la Iglesia y al mundo). La otra ocasión en la que el Papa pronuncia un mensaje y otorga esta bendición solemne es el Domingo de Pascua. Acompañarán a Benedicto XVI en el balcón central de la basílica vaticana, en calidad de cardenales diáconos, Agostino Cacciavillan y Jean Louis Tauran. En esta ocasión se puede ganar la indulgencia plenaria según las condiciones previstas.

Los cardenales diáconos han garantizado históricamente la administración de la ciudad de Roma y el servicio litúrgico al Papa y en las funciones litúrgicas actúan como servidores y colaboradores del Pontífice.

Por Alfonso Bailly-Bailliére

 

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