Nadie es dueño de su propia vida

Benedicto XVI se unió ayer a la Jornada por la Vida en Italia y recordó el deber de defender la existencia humana y de favorecerla en todas sus etapas.

Ante miles de fieles que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano al tradicional rezo del Ángelus dominical, el pontífice subrayó que "nadie es patrón de su propia vida, pero todos estamos llamados a custodiarla y respetarla, desde el momento de la concepción hasta que se apaga de forma natural".

No es la primera vez que el pontífice se une a iniciativas en defensa de la vida y de la familia, manifestando su apoyo a todos los que luchan a diario por defender esos valores tradicionales. El pasado 27 de diciembre, se dirigió desde el Vaticano a los participantes en la misa celebrada en la madrileña Plaza de Colón con motivo de la fiesta de la Sagrada Familia. En aquella ocasión, puso de relieve que “uno de los mayores servicios que los cristianos podemos prestar a nuestros semejantes es ofrecerles nuestro testimonio sereno y firme de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, salvaguardándola y promoviéndola”.

Refiriéndose al lema de la Jornada de este año promovida por la Iglesia en Italia: “La fuerza de la vida, un desafío para la pobreza”, el Papa señaló que "en el actual periodo de dificultad económica, son todavía más dramáticos los mecanismos que, produciendo pobreza y creando fuertes desigualdades sociales, hieren y ofenden la vida, afectando sobre todo a los más débiles e indefensos".

Esas situaciones, dijo, "obligan a promover un desarrollo humano integral para superar la indigencia y la necesidad, y sobre todo recuerdan que el fin del hombre no es el bienestar, sino Dios mismo".

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Por Alfonso Bailly-Bailliére