El Concilio, el Papa y las modas

Ante los padres conciliares, y en la celebración del 50 aniversario de la apertura del Concilio, Benedicto XVI recordó que el crisitanismo es para vivirlo hoy, un mensaje para el que hay que estar a la altura.

Aprovechando la apertura del Año de la Fe, se desplazaron hasta Roma muchos de los padres conciliares que participaron en el Concilio Vaticano II. Benedicto XVI les recibió personalmente, y ante quienes fueron los protagonistas de ese momento histórico de la Iglesia recordó la importancia de volver a los documentos que emergieron tras esos años de trabajo y sobre todo, la importancia de mantenerse fieles a la fe recibida, sin dejarse llevar por las modas o por un falso ecumenismo.

Con la claridad meridiana que caracteriza a este Papa, Benedicto XVI lo expresó así: "No significa reducir la fe rebajándola a la moda de la época, al metro de lo que nos gusta o de lo que le gusta a la opinión pública; sino todo lo contrario: exactamente como hicieron los Padres conciliares tenemos que llevar el 'hoy' que vivimos a la medida del evento cristiano; tenemos que llevar el 'hoy' de nuestro tiempo al 'hoy' de Dios".

En la celebración del medio siglo desde la apertura del Concilio Vaticano II, Benedicto XVI dijo que el Cristianismo "no debe considerarse como 'algo del pasado', ni debe vivirse mirando perennemente 'hacia atrás' porque Jesucristo es ayer, hoy y para la eternidad. El cristianismo está marcado por la presencia del Dios eterno, que entró en el tiempo y está presente en todo tiempo, porque todo tiempo brota de su potencia creadora, de su 'hoy' eterno".

Un mensaje -el del cristianismo- con la actualización dada por el Concilio, para el que, en palabras de Benedicto XVI, hay que estar a la altura.

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