Bergoglio en las villas, Francisco en las favelas

"Las personas que viven en las villas de Buenos Aires son la gente que más fotos tiene de Bergoglio que la de cualquier otro barrio de la ciudad", así lo confía el sacerdote argentino Adrián Luis Santarelli de la Parroquia Santo Tomas Moro en Buenos Aires.

Es conocido que el ex arzobispo de Buenos Aires en su actividad pastoral visitaba frecuentemente las diferentes 'Villas Miseria' de la capital argentina y el padre Adrián, que coincidió en diferentes ocasiones con el cardenal Bergoglio y dos veces con Papa Francisco, asegura que "en la villa de 'Ciudad Oculta' Bergoglio iba incluso sin avisar y que se quedaba en ocasiones a comer" y precisa que "era el único lugar donde él no se ponía tiempo, que se dejaba llevar por todo lo que estaba organizado por todo lo que la gente le pidiera".

Ahora, en su primera visita internacional, el Papa Francisco "repite la fórmula y visita una favela" en Brasil, como en los tiempos de arzobispo de Buenos Aires en los cuales visitaba los barrios marginados de la arquidiócesis, como en diferentes ocasiones ha invitado a los cristianos a salir de las Iglesias para ir "a las periferias" no sólo materiales sino existenciales.

Además, Santarelli destaca que Bergoglio "era muy auténtico" y considera que "él sabía que se debía primero a los pobres" y por otro lado, que "hacía muchas cosas sin que nadie se enterara", por ejemplo, ayudó a Fernando, un padre de familia que se quedó sin trabajo y le pagó el alquiler por un tiempo, a otra familia necesitada les ayudó a comprar una casa... Fuentes de la Iglesia en Buenos Aires confían que han recibido numerosos testimonios de este tipo desde el momento de la elección del Papa Francisco.

Así, el Papa Francisco cuando visitó la favela de Varginha en Río de Janeiro destacó que "el pueblo brasileño, especialmente las personas más sencillas, pueden dar al mundo una valiosa lección de solidaridad, una palabra a menudo olvidada u omitida, porque es incómoda" y realizó "un llamamiento a quienes tienen más recursos, a los poderes públicos y a todos los hombres de buena voluntad comprometidos en la justicia social para que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario".

Asimismo, el Pontífice recordó que "ciertamente es necesario dar pan a quien tiene hambre; es un acto de justicia" pero reiteró que "hay también un hambre más profunda, el hambre de una felicidad que sólo Dios puede saciar" y a los habitantes de esta comunidad les dijo: "No están solos, la Iglesia está con ustedes, el Papa está con ustedes".

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Una anécdota relacionada con esta visita del Papa argentino a una favela brasileña es que -según informó el diario La Nación en este artículo- 21 jóvenes de una villa de Barracas, visitaron la favela Varginhia un día antes de Francisco, recorrieron la comunidad en peregrinación con imágenes de la virgen de Luján y Caacupé. Uno de ellos, Jaider Flores, de 22 años, aseguró que "cientos de veces lo vio bajar del colectivo y caminar hasta la iglesia del barrio, como un vecino más" por lo que decidieron imitar su ejemplo.

Estos adolescentes argentinos fueron acompañados por tres sacerdotes villeros, Juan Isasmendi, Mario Micelli y Hernán Morelli y recorrieron las calles de la favela repartiendo estampitas y contándoles a los vecinos la historia de ese hombre que ellos tan bien conocieron en Buenos Aires. "Esto es hacer lo que Francisco siempre nos dijo. No esperar que la gente venga a la Iglesia, sino llevar la Iglesia a las periferias", dijo Jaider a La Nación.