Bergoglio style

Las improvisaciones, las paradas repentinas del papamóvil para bendecir a los enfermos o las llamadas a sus amigos de Argentina para felicitarles el cumpleaños. El nuevo estilo de un Papa que no quiere entrar en el protocolo. Es el Bergoglio style.

Comienza la rutina en el Vaticano. Encuentros con los jefes de los dicasterios. Hoy, como todas las semanas, el Papa se reúne con el prefecto de la Congregación para los obispos. Lo curioso, además de por la novedad, es que el prefecto con el que se ha reunido es el cardenal Marc Ouellet, papable número uno de casi todas las listas y que sin embargo siguió el dicho vaticano de que 'quien entra Papa al cónclave, sale como cardenal'.

Sin embargo, comienzan a imponerse cambios dentro de la forma de vivir del nuevo Papa que nada tienen que ver con la comodidad o la rutina. Los apartamentos pontificios quedarán en menos de la mitad para el uso del Papa. "Aquí pueden vivir 300 personas", dijo Francisco cuando entró en ellos. Y a quitar lo accesorio se ha dicho. Lo mismo que el trono en el que sentaban los papas. Solamente lo ha utilizado en una o dos ocasiones, lo suficiente para saber que no lo quiere usar más, que no va con su forma de ser y así lo ha hecho. Ahora utiliza la silla blanca de las audiencias generales. Ni más ni menos. Recortes motivados por un estilo de austeridad y de sencillez. Modos que para otros iban bien, para él no y no tiene miedo a decirlo y a cambiarlo.

Pequeños detalles de cercanía pero que demuestran su forma de ser. Como la llamada a un amigo para felicitarle el cumpleaños y dejarle un mensaje en el buzón de voz. Como llamar al dentista para cancelar la cita a la que por obvios motivos no iba a asistir, el aviso al quiosquero del barrio de que no compraría más el periódico allí, aunque era una noticia más que sabida para el repartidor de periódicos de su barrio, o como los detalles personales que cuenta en las homilías que le hacen uno más. Una referencia a una frase de su abuela que hacía referencia a la codicia, al afán por el dinero: "como decía mi abuela, la mortaja no tiene bolsillos". Hablar con fuerza, con pasión del mensaje que quiere transmitir y que le ha ocupado la vida entera, pero con un lenguaje que el mundo pueda entender, con palabras y con gestos.

Los que le conocen dicen de él que es tal y como se está mostrando al mundo, no es un esfuerzo, una estrategia de comunicación o el ímpetu de los primeros días. Jorge Bergoglio es un sacerdote al que le gusta ser sacerdote. Ni más ni menos. Y que ahora, por diversos motivos, está a la cabeza de una parroquia del tamaño el mundo.

@blancaruizanton

 

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