El arzobispo de Bagdad denuncia que el Estado Islámico es el resultado de las fatídicas políticas europeas
Benjamín Sleiman asegura que la “UE se está suicidando” por sus estrategias “tan alejadas de la compasión” con los refugiados
El arzobispo de Bagdad Benjamin Sleiman, carmelita de origen maronita, ha lanzado unas duras palabras contra la Unión Europea por sus políticas respecto al conflicto en Siria y en materia de inmigración. En declaraciones a Religión Confidencial, denuncia que la persecución que sufren los cristianos en Oriente Próximo es el resultado de las erróneas políticas europeas, que han facilitado el surgimiento de grupos radicales como el Estado Islámico.
El atentado de Lahore (Pakistán) que acabó con la vida de más de 70 personas, ha vuelto a poner en primer plano la persecución que sufren a diario los cristianos en el mundo. El arzobispo de Bagdad (Irak) conoce de primera mano la “precaria situación que viven los cristianos en la zona”. Este carmelita ha sufrido y visto sufrir en los rostros de la población la guerra y la posguerra de Irak.
Preguntado sobre una posible solución al conflicto sirio, Benjamin Sleiman indica que “la Unión Europea debe intervenir para poner fin a los conflictos de Oriente Próximo. Una de las medidas que debe realizar es desembarazarse de sus aliados, que financian el terror en la zona”.
En cuanto a la última medida de la Unión Europea de repatriar a los refugiados a Turquía, el arzobispo asevera: “La Unión Europea se está suicidando. ¿Qué significa eso de reenviar a los refugiados a Turquía? Estas medidas no son estrategias de acogida ni verdaderas políticas migratorias; están alejadas de la compasión y la piedad cristiana”.
“El cristianismo está desapareciendo en la zona. Los gobiernos occidentales no hacen nada para impedir esto. Han surgido grandes movimientos para crear un Gran Oriente Medio, que unido a la estafa de la Primavera Árabe y las diversas guerras para establecer una democracia sin raíces, han contribuido para generar fundamentalismos radicales como el Estado Islámico, que están acabando con los cristianos en la zona. El riesgo para un cristiano es elevado”, asevera.
Respecto a la vida cotidiana de los cristianos, el religioso señala que “el culto cristiano se vive con una gran discreción; hay miedo entre los fieles a ser reconocidos como cristianos. Los gobiernos de la zona no facilitan el culto a los cristianos. Por ejemplo, en esta Semana Santa, muchos no han podido asistir a las celebraciones por motivos laborales, y otros en cambio han decidido quedarse en sus casas por el miedo a ser víctimas de un atentado”.
