Inquietud entre los obispos españoles por el papel de la ‘comisión’ sobre los nombramientos

La noticia del viaje a Roma y de la visita al Papa ha frenado la anunciada avalancha de designaciones

Osoro, Omella y Argüello en la audiencia con el Papa Francisco.
Osoro, Omella y Argüello en la audiencia con el Papa Francisco.

Desde que se publicaran las primeras informaciones sobre la existencia de una comisión de supervisión de los nombramientos de obispos en España, la noticia produjo perplejidad e inquietud en gran parte de los obispos españoles. Hasta tal punto que hace meses comisionaron al obispo Secretario General de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Argüello, para que confirmara, de boca del Nuncio, monseñor Bernardito Cleopas Auza, la existencia de esta comisión, su naturaleza y sus funciones.

Entre otras razones, los obispos interpelados aducían que esta comisión es ajena a la normativa universal de la Iglesia, y que la Iglesia española no padecía anomalía alguna para añadir otro estamento al garantista proceso de designación de nuevos obispos y provisión de sedes. Querían saber qué es lo que motivaba la creación de esta comisión, cuáles eran sus funciones y qué potestad tenía sobre el proceso.

Integrantes

Una vez que se confirmó la existencia de la citada comisión, se fueron produciendo una serie escalonada de noticias sobre la identidad y funciones de los participantes.

Junto al Presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Omella, y al Vicepresidente, cardenal Osoro, se hablaba de la participación del cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez; del arzobispo de Zaragoza, monseñor Carlos Escribano; y del obispo de León, monseñor Luis Ángel de las Heras, religioso claretiano cercano tanto al cardenal Aquilino Bocos como a una de las comunidades claretianas más importantes de Madrid, la de los profesores del Instituto de Vida Religiosa.

Tanto el cardenal Blázquez como el arzobispo de Zaragoza dieron a entender, en distintos foros, que ellos no participaban en las reuniones de la citada comisión.  Sin embargo ambos estuvieron en el encuentro romano de la pasada semana, reunión que ahora se denomina en ámbitos eclesiales de “Refundación de la comisión de nombramientos de obispos en España”. El papel del jesuita P. Germán Arana, persona de confianza del Papa, parece ser más indirecto que directo en la citada comisión.  

“El Ungido”

 En varias ocasiones, en el seno de los organismos de la Conferencia Episcopal, varios obispos preguntaron sobre la existencia y los trabajos de esta comisión. La respuesta que se les ofrecía justificaba su existencia por el hecho de que antes era el cardenal Rouco el que decidía solo sobre los nombramientos, siguiendo la práctica romana de señalar a un cardenal u obispo en cada nación, de confianza, con el que se pudiera consultar algunos aspectos de los nombramientos. Trabajo que convertía a ese cardenal u obispo en lo que internamente se denominaba “El Ungido”.

Ahora no sería ya una decisión unipersonal, sino competencia de un grupo, aplicando el principio de sinodalidad.

Es indudable que en la actual comisión juega un papel destacado el cardenal Omella, el único de los miembros que pertenece a la Congregación para los obispos y que, además, por ser Presidente de la Conferencia Episcopal es preceptivo, según el Derecho Canónico, que se le consulten los nombramientos. La pregunta que seguía sobre la mesa era qué criterios se habían seguido para designar a determinados miembros y no a otros.  

Ausencia del Nuncio

La filtración de la reunión de la comisión con el Papa, la pasada semana, cuando el Nuncio en España se encontraba en Filipinas por razones familiares –un viaje programado con antelación-, ha añadido incertidumbre e inquietud entre los obispos españoles, según ha podido comprobar Religión Confidencial en conversación con varios de ellos.

 

Confiesan que en este momento no saben a qué atenerse y dudan del valor de los informes a las consultas que se les demandan. No hay que olvidar que, en estas fechas, son una veintena las diócesis afectadas por los procesos abiertos o de provisión de obispos por jubilación o de nombramiento de nuevos obispos.

Frenazo

Aunque se ha impuesto una disciplina de silencio sobre el contenido de la reunión de la pasada semana, fuentes conocedoras de las circunstancias del encuentro señalan que, en este momento, lo ocurrido explica el frenazo de la anunciada avalancha de nombramientos que se iban a producir en Pascua.

No solo se habrían paralizado las propuestas del Nuncio, sino que se habría reformulado el plan de nombramientos que, en ocasiones anteriores, se presentó al papa.

Aunque el proceso de nombramientos de obispos está sometido al secreto pontificio, a la reserva máxima, como dijo hace mucho tiempo un cardenal español, “el secreto pontifico parece ser ahora el que sólo guarda el papa”.

Granada y Madrid

Fuentes conocedoras del itinerario seguido hablan del caso de la archidiócesis de Granada y de la negativa de la comisión, o de alguno de sus miembros, a aceptar a un candidato a arzobispo coadjutor que había pasado con informes muy favorables todos los hitos conducentes a su nombramiento. 

Hay incluso quien señala el intento de frenar todo movimiento de sustitución del arzobispo de Madrid, o el llamado “Caso Argüello”. La idea de que es necesario que el obispo auxiliar de esa diócesis continúe como Secretario General de la Conferencia, entre otras razones por la inestabilidad que provocaría su sustitución y por los nombres que alcanzarían un consenso mayoritario de los obispos para sustituirle, obligaría a monseñor Argüello a concluir su mandato en la calle Añastro con 71 años. Edad para un pontificado breve en una gran sede.

San Sebastián  

También se habla de la complicación del nombramiento del nuevo obispo de San Sebastián, una vez que el Prepósito General de la Compañía de Jesús hubiera decidido que no convenía que hubiera más jesuitas obispos en España, de momento. Aunque hay quien dice que se le ha hecho cambiar de opinión al P. Arturo Sosa por la vía de la persuasión argumental sobre la conveniencia de un jesuita obispo de Loyola. 

Además se habla con insistencia de una importante hornada de religiosos candidatos a obispos en España.

Habrá que esperar para comprobar los frutos de la reunión extraordinaria de la comisión con el Papa. Por ejemplo, si se confirman los pronósticos de quienes quieren responsabilizar a la comisión reservada de un giro copernicano hacia obispos futuros en España modelo protagonistas del Camino Sinodal alemán.

Ha habido rechazos

Hasta el presente sabemos a ciencia cierta cuál es el perfil de los obispos que se han nombrado hasta ahora. También se tiene noticia cierta de que varios candidatos, que habían conseguido el aval de quienes intervienen en el proceso de designación –obispos informantes y otros, arzobispos metropolitanos, Nuncio, Congregación para los obispos, Secretaría de Estado-, han recibido el veto en algún momento del largo proceso por razones no siempre aclaradas, como la pertenencia a movimientos y nuevas realidades de Iglesia, en particular, el Camino Neocatecumenal y la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz.

Situación a la que hay que añadir que, no en una ocasión, sino en varias, candidatos a los que se les ha ofrecido la mitra, la han rechazo. Motivo éste que ciertamente preocupa a altas instancias vaticanas.     

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