Las últimas horas de Fray Pablo, el joven de 21 años que ingresó en los Carmelitas “in articulo mortis”

“Jóvenes amigos de él, del Camino, de Hakuna, de Effetá, del Opus, del colegio, de la Universidad...le acompañaron en una vigilia de adoración”

Fray Pablo María de la Cruz Alonso Hidalgo.
Las últimas horas de Fray Pablo, el joven de 21 años que ingresó en los Carmelitas “in articulo mortis”.
  1. Ingreso en el noviciado 
  2. Nunca tuvo miedo a morir 
  3. La carta del obispo Retana 
  4. Conversión de los jóvenes y la unidad de la Iglesia 
Pablo recibe la Comunión de manos del obispo de Salamanca, don José Luis Retana, que presidió la eucaristía de su profesión religiosa.
Pablo recibe la Comunión de manos del obispo de Salamanca, don José Luis Retana, que presidió la eucaristía de su profesión religiosa.

Ayer por la mañana falleció Pablo Alonso, Fray Pablo María de la Cruz, el salmantino de 21 años que ingresó en el noviciado Carmelitas 'in articulo mortis'. El joven padecía un grave sarcoma de Ewing desde hacía seis años. 

La diócesis de Salamanca lo ha comunicado de este modo en sus redes sociales: "Esta mañana, en el Convento carmelita de San Andrés de Salamanca, ha entregado su vida al Padre fray Pablo María de la Cruz Alonso Hidalgo, Orden del Carmelo. Su funeral será el lunes, 17 de julio, a las 10:00 h. en la iglesia del Carmen de Abajo. Descanse en paz". 

Ingreso en el noviciado 

Con tan solo 21 años, Pablo llevaba padeciendo el sarcoma de Ewing desde hacía seis años, y la esperanza de vida era casi nula. Por esto, se le consideró 'in articulo mortis', es decir, en peligro de muerte y por ello, el joven decidió formar parte de la comunidad de Carmelitas bajo el nombre religioso Pablo María de la Cruz.

Fue a finales de junio cuando el ingreso en el noviciado se convocó en la iglesia Carmen de Abajo, presidido por Salvador Villota, provincial de la Provincia carmelita de ACV, informa Salamanca 24 horas. 

Nunca tuvo miedo a morir 

Pablo nunca tuvo miedo de morir, pues como afirmó en ocasiones anteriores “lo que quería comunicar es lo increíblemente bonita que es la muerte en Cristo, que es algo que no da miedo, que es alucinante, y que es un tabú que yo creo que que hay que romper”. Al salmantino le parecía “hasta mucho tiempo”, de las “ganas” que afirmó tener de encontrarse “con el Padre“.

Este sábado, la habitación 615 del Hospital de Salamanca y la población salmantina se despide de Pablo. Sus familiares han explicado las últimas horas de Fray Pablo: "Anoche jóvenes, amigos de él, del Camino, de Hakuna, de Effetá, del Opus, del colegio, de la Universidad...le acompañaron en una vigilia de adoración. En el coro estaba su cama vacía, pero salieron sus padres a saludarnos. Abajo estaban sus hermanos rezando con todos los demás. Cuentan cosas alucinantes de él, hasta su último momento de conciencia. Les ha procurado dar fe y paz a todos hasta el final". 

La carta del obispo Retana 

El obispo de la diócesis de Salamanca, Mons. José Luis Retana, compartió en un artículo el momento de gracia que tuvo cuando visitó a Pablo María de la Cruz, previo a su profesión religiosa en la Orden del Carmen y de la que posteriormente fue testigo el 25 de junio. 

"Pablo, con su cabeza rapada, sus 21 años, nos recibió con una alegría y una paz difíciles de describir en un joven de esa edad, acrisolado por la enfermedad de varios años. Sus padres con un dolor mitigado por la fe. Él enamorado de Cristo hasta las trancas y con un afecto tan grande por la Iglesia, con una amistad tan extraordinaria con los jóvenes que le visitan, a los que tiene que levantar el ánimo y los evangeliza con su modo sencillo y extraordinario de afrontar la enfermedad, protegiendo el dolor de sus padres hablando él mismo con los médicos después de las consultas, el amor a la Eucaristía, la paz e incluso la alegría ante la muerte porque entiende que en ella se cumple el designio grande para el que estamos hechos". 

Conversión de los jóvenes y la unidad de la Iglesia 

"Pablo María entrega su vida en obsequio de Jesucristo e insiste en ofrecer su vida por dos intenciones: por la conversión de los jóvenes, para que conozcan el amor de Dios manifestado en Jesús Eucaristía; y por la unidad de la Iglesia, para que todos los movimientos, grupos eclesiales, itinerarios, Congregaciones y Órdenes religiosas…, sean uno, de forma que brille en medio de nuestro mundo y en la misma Iglesia la belleza del Cuerpo de Cristo", prosigue el obispo de Salamanca. 

 

José Luis Retana afirma que salió "de aquella casa completamente conmovido, viendo la grandeza de la obra que Cristo puede hacer en la vida de un muchacho que se entrega a su amistad sin filtro ninguno. Una gracia más con la que el Señor remueve mi tibieza en la entrega. La vida y el modo de afrontar la muerte de Pablo se convierte en una denuncia profética a nuestra tibieza en nuestra opción por Cristo. Salí de allí con un abrazo grande a los tres, lleno de afecto y gratitud. Les bendije, sabiendo que yo era el bendecido, por este Fiat tan grande de este joven muchacho que el domingo 25 se consagró del todo al Señor in artículo mortis (al final pude presidir la Eucaristía). Una muerte que ofrece por la conversión de los jóvenes. Su vida ya está dando los frutos propios de una persona aferrada por Cristo". 

Mons. José Luis Retana junto a   Pablo María de la Cruz.
Mons. José Luis Retana junto a Pablo María de la Cruz.

 

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