Testimonio de una clarisa: “Queremos ofrecer un estilo de vida alternativo a este mundo tan estresado"

El próximo 2 de febrero se celebra la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada. "Queremos decir a los hombres y mujeres de hoy que de nada le valen sus posesiones, la angustia y el cansancio de la vida"

Comunidad cisterciense de San Clemente de Sevilla. Foto: Antonio Del Junco. Fundación DeClausura.
Testimonio de una clarisa: “Queremos ofrecer una estilo de vida alternativo a este mundo tan estresado".
  1. Testimonio de la hermana M.ª Teresa, clarisa 
  2. Sustentación y no acumulación 
  3. Sosiego al proyecto de Dios 
  4. "No pretendemos escapar de los dramas humanos" 
  5. Nuevas formas de despersonalización
Comunidad cisterciense de San Clemente de Sevilla. Foto: Antonio Del Junco. Fundación DeClausura.
Comunidad cisterciense de San Clemente de Sevilla. Foto: Antonio Del Junco. Fundación DeClausura.

El próximo 2 de febrero, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor, se celebra la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada.  

Este año bajo el lema "Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad" la jornada quiere poner de manifiesto el don de la Vida Consagrada desde la experiencia evangélica de María. A lo largo de la historia muchos hombres y mujeres se identificaron con el ‘Sí’ de María, recuerdan el presidente de la CONFER Jesús Díaz Sariego, OP y la vicepresidenta Lourdes Perramon, OSR, con motivo de la Jornada.

Testimonio de la hermana M.ª Teresa, clarisa 

Con motivo de esta Jornada mundial, la Conferencia Episcopal Española ha editado un Folleto con una presentación, testimonios y textos para orar

Uno de los testimonios, lleno de profundidad y realismo, es el de la hermana M.ª Teresa Pandelet Grijalvo, del Monasterio de Hermanas Clarisas de Santa María de Jesús de Ávila.  La religiosa, da respuestas ante aquellos incrédulos que consideran que la vida consagrada y de clausura no es eficiente en un mundo tan secularizado como el actual. 

Así, la hermana Mª Teresa se pregunta: ¿Qué podemos ofrecer?

"Creo que podemos ayudar a que nuestros contemporáneos desarrollen su propia humanidad. Y esto quiero expresarlo con realismo y con humildad; como testimonio y como esperanza. Hay muchas maneras de realizar la vocación humana; quienes se acercan a nosotras fácilmente perciben que nuestra forma de vida es una manera auténtica de estar en el mundo".

Sustentación y no acumulación 

"Es una vida en la que optamos porque sea Dios quien dé sentido a cuanto nos toca vivir. Elegimos ser frente a poseer; preferimos la esperanza de lo que vamos a poseer, a retener lo que hemos conquistado. Elegimos trabajar y ganarnos el pan con esfuerzo y sudor, aunque preferimos, sin embargo, el descanso a la conquista. El sentido del trabajo es sencillamente la sustentación y no la acumulación, con lo cual experimentamos una libertad incluso sobre las obras de nuestras manos", afirma. 

En su escrito, que bien valdría para hacer oración, explica que "en un mundo estresado, de éxito y eficacia, que exige ser siempre joven, sano, fuerte, y vive con frecuencia triste y angustiado, queremos ofrecer un estilo de vida alternativo. Sembrar sosiego, paz y bien. Contribuir, en la medida que nos posibilita la propia debilidad, a que los hombres recobren la esperanza haciendo el camino de Jesucristo, en pobreza y humildad, de modo que nadie tenga que sentirse inferior". 

Sosiego al proyecto de Dios 

Sobre su vocación a la clausura, relata: "Comprendí que el sentido de todas mis búsquedas solo encontraría sosiego en la obediencia al proyecto de Dios sobre mí. Respondiendo en libertad y sabiendo lo qué me jugaba pude decir: aquí estoy, cuenta conmigo". 

 

Y prosigue: "Si algo tenemos de profundamente válido es que queremos vivir en plenitud la vocación cristiana fundamental: afirmar la primacía de Dios y expresarla en la propia vida con la mayor nitidez que nos sea posible. Ese es el sentido de la vida contemplativa. No hay otro. No hay que buscarle más trasfondo ni más legitimaciones. Por tanto, nuestras vidas están vacías de finalidades, fuera de estar en un vacío sagrado en el que Dios pone su tienda y donde los hombres y mujeres pueden ver su gloria. Nuestra oración, en cualquiera de sus expresiones, no busca «saber de Dios» sino a Dios mismo. Esta tarea requiere silencio y reducción: Clausura". 

"No pretendemos escapar de los dramas humanos" 

Sin embargo, vivir en clausura no significa permanecer "ajena a los dramas y crisis de nuestro tiempo. No pretendemos escapar de los dramas de la vida humana, sino vivirlos intensamente, participando del gozo y desesperanza de los hombres. El panorama que el mundo nos ofrece hoy exige que nuestra esperanza sea casi heroica". 

Porque es consciente que "por toda la tierra se abren heridas de violencia, de injusticia, de crueldad, que desembocan en guerras, terrorismo, atentados contra la vida y los derechos humanos más elementales. Con nuestra vida sobria y sencilla queremos que el hielo de la desilusión que oprime a muchos de nuestros contemporáneos se convierta en agua fecunda de esperanza. Desde la fe y el amor, desde la luz del evangelio que nos sostiene, seguimos apostando por el hombre. Seguimos creyendo que podemos ser capaces de cambiar las cosas". 

Nuevas formas de despersonalización

Esta religiosa de clausura es perfectamente conocedora de lo que ocurre en el mundo: "Es también evidente que estamos conociendo nuevas formas de despersonalización, como es la de quien huye de la soledad «navegando sin timón por la virtualidad del ciber-espacio». Se sustituye la relación directa por la relación anónima, virtual. Los próximos, los prójimos reales y cercanos, son reemplazados por los amigos virtuales"

Y en este contexto, "la vida contemplativa quiere ofrecer al mundo, entrañas de misericordia y explicitar ante los hombres y mujeres de hoy que de nada le valen sus posesiones, la angustia y el cansancio de la vida, que es preferible la solidaridad al egoísmo y el aislamiento, la libertad y el saber gozar de las cosas, y no el esclavizarse con ellas; que es mejor depositar una confianza absoluta en el Absoluto que llamamos Dios, a depositarla en las cosas que nos son inferiores y que por ello no podrán asegurarnos nada para siempre. Y esto lo mostramos de forma creíble porque implicamos en ello nuestra existencia. Esta palabra que pronunciamos con nuestra vida contemplativa, es una palabra sobria, simple, sencilla y confiada". 

Cartel de la jornada.
Cartel de la jornada.

 

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