Roberto Andorno: “Hay que fijar límites al desarrollo de la neurotecnología, antes de que ya no se pueda hacer nada”

El profesor de la Universidad de Zürich ha intervenido en el Congreso sobre Neuroética, organizado por el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia

El profesor Roberto Andorno
Roberto Andorno: “Hay que fijar límites al desarrollo de la neurotecnología, antes de que ya no se pueda hacer nada”.
  1. No comparte la “fe ciega” en el desarrollo tecnológico
  2.  “Es el momento de actuar”
  3. Cuatro nuevos derechos humanos 
  4. Dispositivos que controlan a operarios chinos
  5. Proteger la dimensión psicológica de la persona
  6. Neurodisciminación: la futura desigualdad social 
El profesor Roberto Andorno
El profesor Roberto Andorno

“Los rápidos avances en neurociencia y neurotecnología abren un conjunto de posibilidades sin precedentes “en el acceso, colecta, diseminación y manipulación de datos del cerebro humano”, ha afirmado Roberto Andorno, profesor de la Universidad de Zürich (Suiza), en el Congreso Interuniversitario Nuevas Fronteras en Neuroética, organizado por el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia (UCV).

No comparte la “fe ciega” en el desarrollo tecnológico

Este veterano jurista argentino no comparte la “fe ciega” en el desarrollo tecnológico de ciertos sectores científicos y empresariales.  

Desde el derecho, Andorno lleva años ocupándose de la dignidad humana como materia de investigación, y como miembro de organismos internacionales que asesoran o regulan en cuestiones de derechos humanos y biomedicina.

 “Es el momento de actuar”

Por esa razón, el profesor de la Universidad de Zürich considera que “es el momento de actuar en función del interés común y fijar límites al desarrollo de la neurotecnología antes de que éstos se deban imponer por la práctica, antes de que ya no se puede hacer nada”. 

“Desde el punto de vista jurídico, el mundo actual no está preparado para el avance exponencial de la neurociencia y la tecnología que la rodea. No sólo en cuanto a las legislaciones de cada nación; también el marco actual de derechos humanos es insuficiente. Dado que la ciencia y la tecnología son internacionales, la respuesta que demos a las amenazas que se puedan derivar de ellas también ha de serlo. Es necesario un marco normativo internacional frente al avance científico-tecnológico”, ha señalado.  

Cuatro nuevos derechos humanos 

El peligro de estos avances parte “de las posibilidades que ha abierto la interacción del cerebro con dispositivos neurotecnológicos, chips implantados en nuestras cabezas pueden ‘leer’ el cerebro y así recoger datos cerebrales, con lo que eso implica en términos de privacidad. En segundo, esos dispositivos pueden ‘escribir’, es decir, modular, influir, potenciar nuestras capacidades cognitivas”. 

Así, Andorno ha explicado que “es la primera vez que se puede acceder directamente a la información del cerebro y que existe la capacidad de modificar la conducta, la personalidad, la identidad de alguien, de algún modo. Usado con malas intenciones, todo ese potencial puede resultar muy peligroso. Estamos tocando, entre otros asuntos, la libertad de pensamiento y es algo que debería preocuparnos”.  

Ha resaltado que hacen falta novedosas normas, siendo la primera de ellas el derecho a la “libertad cognitiva”. 

“Hay que salvaguardar la capacidad de autodeterminación de la persona. En ese sentido, la libertad cognitiva hace referencia al derecho a seguir ejerciendo la facultad extraordinaria que es el pensamiento humano, sin que éste se vea condicionado o determinado por terceros. Ejemplo de esto podría ser un Estado totalitario que se apropie de estas tecnologías para condicionar a sus ciudadanos, evitar críticas, terminar con cualquier oposición, por ejemplo”.

 

Dispositivos que controlan a operarios chinos

Otra inclusión legislativa necesaria es el “derecho a la privacidad mental”, que ampliará a los “datos mentales” el ya existente derecho a la privacidad, según ha apuntado Andorno: “Éste es el que se halla más inmediatamente en peligro dada la gran variedad de dispositivos de acceso a nuestros datos cerebrales que son una realidad ya en 2023”.

“De hecho, en algunas fábricas de China se exige ya a los operarios colocarse un dispositivo en la cabeza que controla su concentración en el trabajo y su nivel de estrés, entre otros datos mentales. Me parece un procedimiento inhumano. No somos robots, tenemos derecho a distraernos”, ha afirmado.  

Proteger la dimensión psicológica de la persona

El tercer derecho humano que debería crearse hace referencia a la “integridad mental”, ha remarcado el profesor argentino: “Este derecho no se ocupa tanto de la protección de los datos mentales, sino de evitar que los dispositivos neurotecnológicos se usen de un modo tal que cause daño a la dimensión psicológica de la persona”.

Finalmente, Andorno ha argumentado que la última de esas cuatro normas fundamentales sería el “derecho a la continuidad psicológica”, que buscaría “proteger la identidad de la persona a través del tiempo”. Es decir, que cada ser humano “siga siendo él mismo, sin interferencias externas o lavados de cerebro”.

Neurodisciminación: la futura desigualdad social 

La inteligencia artificial (IA) “potencia enormemente las posibilidades actuales de la neurotecnología. Debería ser posible delimitar la utilización de estos avances sólo a esas finalidades positivas”, pero Andorno no hablaría de “prohibir”, aunque le surgen “dudas” con el uso que podría darse fuera del ámbito clínico “a las técnicas de ‘neuroenhancement’ o mejoramiento neural”. Podrían generar “problemas de injusticia a nivel social, la llamada neurodiscriminación”. 

“Del mismo modo que sucede con el dopaje en el deporte, las personas que tengan acceso a esas técnicas de mejora cognitiva estarían en una situación de ventaja sobre el resto; desde el rendimiento académico a optar a puestos de trabajo, además de otras situaciones”, ha advertido el profesor de la Universidad de Zürich. 

El profesor Roberto Andorno.
El profesor Roberto Andorno en su intervención. 

 

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