La responsable de comunicación de los jesuitas, divorciada, escribe un libro para creyentes separados
“La herida se ilumina”, del sello Mensajero, ofrece testimonios de esperanza de creyentes divorciados y lanza retos a la Iglesia
- Proceso de sanación y cierre
- Un camino de acercamiento a Dios
- Una pastoral coherente con las necesidades del doliente
La herida que provoca una separación o divorcio encierra en sí misma muchas pérdidas que pueden convertirse en un gran duelo que superar. En el caso de los creyentes, algunos de los pilares del sacramento del matrimonio pueden suponer obstáculos arduos para traspasar en el proceso. La herida les supone importantes implicaciones espirituales al tener que reelaborar su proyecto de vida. Otros valores de su fe, como el perdón o la comunidad, contribuyen a la superación e integración de su dolor.
El objetivo de este volumen - de la periodista y responsable de comunicación de los jesuitas, Elena Rodríguez-Avial y con prólogo de la religiosa María Luisa Berzosa- es contribuir a sanar a aquel que tiene que superar un duelo por divorcio y ofrecer algunas claves para una pastoral más aterrizada y coherente con las necesidades del doliente.
Proceso de sanación y cierre
"La Iglesia tiene que acompañar cada vez más a los católicos divorciados. Muchas veces son víctimas de esta situación no querida. Es un duelo y necesita un proceso de sanación, perdón y cierre", explica Elena a Religión Confidencial.
La responsable de comunicación de los Jesuitas no entra en temas conflictivos, como los divorciados vueltos a casar o el proceso de nulidad, que muchas veces es un camino de liberación, pero otras muchas se trata de un proceso difícil donde se necesitan más expertos en la materia, y no solo canonistas sino personas que saben comprender las distintas situaciones.
También señala que al igual que te casas delante de una comunidad, y son testigos del compromiso público de querer formar un proyecto de vida con tu marido o tu mujer, es muy sanador para los divorciados realizar una ceremonia de cierre delante de la comunidad y delante de Dios. Saber perdonar, pedir perdón y manifestar públicamente que el proyecto de vida ha concluido.
Un camino de acercamiento a Dios
Las personas entrevistadas en este libro han logrado ver en su divorcio un camino de crecimiento personal, espiritual y un acercamiento a Dios. Varios lo lograron siguiendo algunos de los pocos procesos de acompañamiento a personas divorciadas que ofrece la iglesia y que se explican en este libro de manera somera y también a través de algunos de sus acompañantes. Con sus palabras y unas sugerencias finales, se aportan algunas claves para quienes deseen iniciar este camino en sus parroquias, comunidades o colegios.
En la introducción previa se analiza el camino de duelo y sanación que atraviesa una persona divorciada y los matices que conlleva si es un creyente que se casó por la Iglesia con convicción. A lo largo de sus páginas se ofrecen distintos puntos de vistas sobre temas que afectan a esta realidad como son, entre otros: la esperanza cristiana, los hijos, el perdón, la acogida eclesial, la nulidad, la inexistencia de un rito de cierre, o la importancia de los acompañantes.
Una pastoral coherente con las necesidades del doliente
El objetivo de este volumen es contribuir a sanar esa herida y ofrecer algunas claves para una pastoral más aterrizada y coherente con las necesidades del doliente. Además, insta a fomentar grupos de apoyo de divorciados y divorciadas en las parroquias porque "puede resultar muy consolador".
Si bien, indica que, aunque los hay, "pocos párrocos se animan y los que se animan, no les dan publicidad". Según añade, "esto no se enseña en los seminarios" y "la doctrina de la Iglesia muy hermética en estos casos".
La autora, Elena Rodríguez-Avial, es periodista sociorreligiosa y desde 2014 ha coordinado la Oficina de Comunicación de la Provincia de España de la Compañía de Jesús. Tras la herida que le supuso su divorcio inició un proceso de sanación con el proyecto eclesial Cuatro Estaciones.
La autora ha manifestado que la idea de escribir este libro surgió "por propio interés terapéutico" ya que ella misma está divorciada, y para su proceso de "sanación" empezó a quedar a tomar café con otras personas que habían pasado por la misma situación. Algunos de estos encuentros se convirtieron en entrevistas que ahora conforman este libro.