La monja tuitera sobre los frailes que bailan en TikTok: “Son positivos para la gente más alejada”
Xiskya Valladares considera que estos bailes cambian la imagen de los religiosos, “se conectan con la gente joven y generan confianza”
Xiskya Valladares ha vuelto a encender las redes con una pregunta que ha lanzado a sus seguidores: "Cada vez son más los frailes, curas y monjas bailando en TikTok. ¿Tú como lo ves, qué opinas? PD. Leo que la mayoría decís que os gusta verlos así de alegres. En la Biblia muchos personajes bailan al Señor y los salmos nos invitan a hacerlo. Yo no bailo pero me alegra que otros lo hagan".
Cada vez son más los frailes, curas y monjas bailando en TikTok... ¿Tú cómo lo ves? ¿Qué opinas? pic.twitter.com/5pspUud5Ep
— Xiskya ن (@xiskya) December 14, 2020
Y para gustos, los colores. La mayoría de las respuestas en las redes han sido positivas, pero algunos han demostrado que no están de acuerdo con estos bailes, incluso los hay que emiten opiniones ofensivas:
"Queremos que los curas sean soldados, no maricones bailando". "Un espanto. Máquinas de alejar a la gente de la Iglesia". "Triste. Pobres órdenes religiosas, tan alejadas del espíritu de penitencia de San Francisco, que ayudada 120 días como mínimo al año". "Los curas tienen que ser varoniles, ser fuertes, ser capaces de emprender una cruzada, y lo que se ve en el vídeo no parece exactamente eso".
Incluso los hay que aseguran que Tik Tok es de "China comunista y que si sos católico no puedes utilizar una herramienta de vigilancia comunista para danzar como demonios. La misión de los pastores de Dios es evangelizar, no danzar".
Frailes contentos dentro de la Iglesia
Entre los comentarios positivos en twitter podemos ver: "Querida hermana no tome en cuenta comentarios. Las personas se han vuelto duras de corazón a mí me da gusto saber que tenemos dentro de la iglesia tengamos frailes felices y contentos. Eso es lo que Dios causa en nosotros cuando vive en nosotros alegría que brota del corazón". "San Francisco era un fraile alegre por que tenia mucho amor para todas las criaturas, los Franciscanos y las Clarisas hacen penitencia pero con alegría, cantan y bailan pero no para el mundo lo hacen a Dios". "No creo que Dios se moleste por un rato sano de alegría.. Dios los bendiga.."Si existiese más gente como todos vosotros estoy seguro de que habría mucha más gente religiosa" "¡Me parece genial! La alegría del evangelio les sale por los poros".
"Tranquila hermana, la música y el baile decente no son malos. Hacen bien a la salud y la estabilidad emocional. No olvidemos que el rey Salomón bailaba y se supone que en boda de Canaan se tomó vino y se bailó. Lo que pasa, es que hay su gente amargada en Twitter, pero minoría", dice otro seguidor en Twitter.
Pedí una opinión. No un juicio. Y que alguien se atreva a decir que comentarios como estos no son juicios. Menos mal que no son los más. Pero es curioso que los sabios de Twitter son los únicos que les juzgan. En FB y IG hice la misma pregunta y las respuestas son muy distintas. pic.twitter.com/VAncKHzFrL
— Xiskya ن (@xiskya) December 15, 2020
Cambiar la imagen de los religiosos
Tras este análisis, Xiskya Valladares adelanta a Religión Confidencial que está preparando un artículo sobre este tema.
"Por lo que he leído en todas las redes en las que he preguntado, considero que esos bailes son positivos para gente más alejada de la Iglesia y para los creyentes con una mentalidad más abierta o una cultura más propia de los centennials (el grupo generacional más joven, que toma el relevo a los millennials como la generación digital más experta).
Respecto a las valoraciones de algunos sobre que esos bailes muestran a frailes poco varoniles, la religiosa de Pureza de María responde a RC: "Mi opinión personal es que está muy bien que bailen mientras no reduzcan a eso la evangelización. No creo que eso acerque a Dios a nadie, pero sí he leído de gente que dice que le ha hecho volver a creer en la Iglesia".
En su opinión, son un "fenómeno curioso porque la gente no está acostumbrada a eso. Lo importante es que sí cambia la imagen de los religiosos: los muestra más humanos, más cercanos, dan la impresión de estar más conectados con la gente joven y generan confianza y luego la gente les pregunta más cosas importantes por canales privados", señala.
