Kiko Argüello: “Judíos y cristianos debemos redimir esta sociedad contra el ateísmo”

La Universidad Francisco de Vitoria ha investido como doctores honoris causa a Kiko Argüello y al Rabino David Shlomo Rosen por poner en valor el diálogo judío y cristiano

Kiko Argüello doctor honoris causa por la UFV.
Kiko Argüello doctor honoris causa por la UFV.

La Universidad Francisco de Vitoria de Madrid (UFV) se vistió ayer de gala. Con mascarillas y un lleno total, el Centro Deportivo de la universidad acogió el acto de investidura como doctores honoris causa a Francisco José Gómez de Argüello (Kiko Argüello) iniciador del Camino Neocatecumenal y al Rabino David Shlomo Rosen, actual director internacional de Asuntos Interreligiosos del Comité Judío Americano. 

Fiel a su estilo y su forma de presentarse al público, distendido, coloquial y contundente, Kiko Argüello comenzó su intervención agradeciendo esta distinción, a pesar de no sentirse "digno de que esta universidad me conceda este doctorado. Soy un pintor y lo último que pensaba es estos honores", dijo. 

Amistad entre el Camino y el pueblo judío 

El iniciador del Camino transcendió el acontecimiento y afirmó que esta distinción para él y para el rabino "sella la amistad entre el Camino y el pueblo judío que comenzó con Carmen Hernandez en su viaje a Tierra Santa entre 1963-64". 

Y es que, en las reuniones semanales de la Palabra de Dios, en el Camino se evoca la unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento y se palpa un amor al pueblo judío, "nuestros hermanos mayores y padres en la fe". 

"Un ministro de Israel me preguntó de dónde venía el amor del pueblo judío. Todos somos como Abraham que sale de su tierra sin saber a dónde va pero se fía de Dios, todos somos hijos de Abraham, debemos vivir día a día los acontecimientos de la historia donde Dios se manifiesta", señaló. 

"La bestia prepara un nuevo ataque" 

En su discurso de investidura, Argüello recorrió brevemente la historia del Camino, cuando en 1964 en torno a Kiko y Carmen se formó una comunidad en las chabolas de Palomeras Altas en la periferia de Madrid. Kiko, que venía de una experiencia de existencialismo, a través del sufrimiento de los inocentes, vio aparecer el Siervo del Señor, descrito por Isaías: “Ante quién se vuelve el rostro”. 

Tendiendo la mano al pueblo judío, Argüello empleó su tono enérgico para decir: "La bestia prepara un nuevo ataque contra la Iglesia" refiriéndose al "ateísmo" y a la negación de Dios. Por eso, la hermandad entre judíos y cristianos, para el iniciador del Camino, es fundamental:  "Judíos y cristianos debemos redimir esta sociedad para salvar la familia judeo-cristiana y transmitir la fe a nuestros hijos". 

La sinfonía "El sufrimiento de los inocentes" 

La alianza entre el Camino y el pueblo judío viene desde los inicios de esta realidad de la Iglesia Católica. Pero fue en 2010 cuando Kiko compuso una sinfonía sobre “El sufrimiento de los inocentes”, que en  2011 fue presentada en el Centro Internacional Domus Galilaeae, sobre el Monte de las Bienaventuranzas (Galilea, Israel) ante un grupo de obispos americanos y numerosos rabinos.

La reacción fue enormemente favorable y Kiko vio la importancia de hacer conocer también en Nueva York, a través de la música, esta relación de amor que Dios nos ha dado con el pueblo judío”.

 

En 2012 esta oración y homenaje sinfónico por el sufrimiento del pueblo judío en la Shoah y por el sufrimiento de cada inocente, se interpretó en el Lincoln Center de Nueva York ante  unos tres mil judíos, varios cardenales y decenas de rabinos. También se llevó a cabo un encuentro en Auschwitz en 2013, donde, frente a muchos rabinos, decenas de obispos y miles de personas, se interpretó la sinfonía “El sufrimiento de los inocentes”. 

En aquella ocasión Rabbí Yitz Greenberg reconoció al cristianismo no como una idolatría sino como una intervención providencial de Dios para llevar a los paganos al conocimiento de la Torá. 

"El cristianismo no es un error" 

En el año 2015, a petición de numerosos rabinos, entre los cuales Rosenbaum de Nueva York, Rosen del Gran Rabinato de Israel y Greenberg, se organizó un encuentro entre rabinos, obispos y catequistas itinerantes en la Domus Galilaeae. Rosen, dirigiéndose a los hermanos del Camino presentes, dijo que en aquella música había intuido “que vosotros sentís lo que nos hace sufrir”. 

En el año 2017 los rabinos pidieron encontrarse nuevamente en la Domus y centenares de ellos firmaron esta declaración oficial: «Después de casi dos milenios de recíproca hostilidad y alienación, nosotros, rabinos ortodoxos que dirigimos comunidades, instituciones y seminarios en Israel, en EEUU y en Europa, reconocemos la oportunidad histórica que tenemos delante de nosotros… reconocemos que el cristianismo no es ni un contratiempo ni un error, sino algo querido por Dios y un don para las naciones… Ya no somos enemigos, sino compañeros para la sobrevivencia y el bienestar de la humanidad… Judíos y Cristianos están destinados por el Señor a ser compañeros amándose».

Por su parte, el rabino David Rosen afirmó en su discurso que “la transformación de las actitudes y enseñanzas católicas hacía los judíos y el judaísmo que ha tenido lugar a lo largo del último medio siglo no tiene paralelo histórico”. 

Se puede ver todo el acto aquí. 

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