La llegada de nuevas vocaciones desde el extranjero contribuye a enriquecer y diversificar las especialidades de repostería de nuestros conventos.

La escasez de vocaciones en nuestro país está favoreciendo la llegada de cientos de religiosos y religiosas procedentes de Sudamérica y Africa, que traen consigo nuevas recetas e influencias de la cocina de sus países de origen, que ayudan a revitalizar las actividades de repostería de nuestros conventos. Monjas venidas de países como Colombia, Perú o Kenia están tomando el testigo de religiosas españolas, de avanzada edad, que llevan décadas al cuidado de los 869 monasterios y conventos de clausura que alberga España actualmente.

Durante esta última década los conventos están sufriendo una transformación debido a la llegada de estas nuevas vocaciones de tan distintas nacionalidades, lo que se hace notar en la nueva variedad de dulces que enriquecen este tipo de repostería. Un ejemplo es el de Sor Doris que en 2002 llegó a nuestro país desde los Andes peruanos para apoyar a las comunidades más necesitadas de religiosas. Nos dice que ha contado "con gran apoyo" de sus compañeras y vecinos de Villacastín para iniciar la elaboración y venta de los alfajores peruanos". Algo inédito en su convento y que refleja el grado de adaptación en los tiempos que corren de estos centros. Esta iniciativa ha convertido al dulce andino "en un producto estrella" del convento.

La venta de dulces supone un gran apoyo económico para muchos de los conventos españoles, y estas nuevas influencias contribuyen a mejorar la calidad de los mismos. Muchos de estos dulces se pueden encontrar en la web www.monasteriosyconventos.com gracias a la Fundación Amplexus, que se dedica a apoyar la labor de estos centros facilitando la venta de sus dulces.