Trasladada a un aula de 60 metros cuadrados

“Menos es nada”, dice el capellán de Geografía e Historia de la Complutense a pocos días de estrenar la nueva capilla

Tras un verano polémico por el cierre la antigua capilla, comienza el curso universitario y con él las actividades pastorales, que se iniciarán a principios de octubre, según afirma el capellán.


Celebración de una Eucaristía en la entrada de la Facultad de Geografía e Historia
Celebración de una Eucaristía en la entrada de la Facultad de Geografía e Historia

Ha sido un verano difícil para la Capilla de la Facultad de Geografía e Historia de la Complutense. Sin embargo, un nuevo curso ha comenzado y con él, novedades. Finalmente, la capilla de 200 metros cuadrados fue sustituida por orden del decanato por un aula de a penas 60 metros. A pesar de esto, el capellán de la Facultad, don Javier Carralón afirmaba: “Menos es nada, lo importante es la presencia del Señor”. “El Obispado ha tenido que ceder a las órdenes del decanato, pues no ha habido ningún tipo de acuerdo, era eso o nada”, continuaba diciendo don Javier.

El traslado de la capilla no solo ha supuesto un problema por la reducción de espacio, sino que han tenido que adaptar también todo el mobiliario a las pequeñas dimensiones del aula. “Hace falta un altar, un crucifijo, bancos…”, decía don Javier. Ante esto, los jóvenes universitarios, profesores y demás personal se muestran muy implicados y colaboran en gran medida para que la capilla salga adelante. Cada uno aporta lo que puede. Se ha abierto una cuenta corriente para que todo aquel que quiera pueda colaborar con algún donativo.

Las dificultades no han supuesto un freno para que la actividad pastoral siga adelante. El pasado jueves tuvo lugar la apertura del curso y los jóvenes repartieron panfletos informando de las distintas actividades de las que poder disfrutar a lo largo del año: misa diaria a las 8, adoración Eucarística, grupos de jóvenes, catequesis de Confirmación, peregrinaciones… La inauguración del curso pastoral tendrá lugar entre finales de septiembre y principios de octubre.

Don Javier Carralón afirmaba que la presencia de la capilla en la Universidad es un servicio básico, un lugar en el que poder rezar, como lo puede ser la cafetería para aquel que desee tomar un café. Tal y como se muestra en el comunicado de los profesores y alumnos afectados por el cierre de la capilla “la capilla del centro no constituye ningún privilegio de los cristianos, sino que responde a un derecho fundamental”.


 

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