El abrazo de los abuelos de Jesús. La profesora de San Dámaso Pilar González Casado explica cómo Dios intervino en la historia personal de Joaquín y Ana
Al ser escuchada su súplica, "los dos esposos, alborozados se abrazan, y con ellos, la humanidad entera"
- El abrazo de los abuelos de Jesús
- Protoevangelio de Santiago: la infancia de María
- Viudez y esterilidad
- Los dos esposos, alborozados se abrazan
El pasado domingo 23 de julio, el Papa Francisco celebraba la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores. En su homilía de la Misa celebrada en la Basílica Vaticana, Francisco exhortó a cultivar las relaciones con los ancianos para que haya un intercambio fecundo entre las generaciones.
"Los abuelos y los ancianos son “raíces que los más jóvenes necesitan para llegar a ser adultos”, decía el Papa.
El abrazo de los abuelos de Jesús
Este ha sido uno de los temas, los abuelos, que la Facultad de Literatura Cristiana y Clásica San Justino, de la Universidad Eclesiástica San Dámaso (UESD) ha tratado en uno de una serie de vídeos titulada "Textos Cristianos Antiguos. ¿Qué nos dicen hoy".
En este episodio, la profesora Pilar González Casado, Catedrática de Literatura Árabe Cristiana, nos habla en un vídeo sobre el abrazo de los abuelos de Jesús, San Joaquín y Santa Ana.
Protoevangelio de Santiago: la infancia de María
"En este día mi alma ha sido engrandecida". Estas palabras proceden de las palabra de Santa Ana, la madre de la Virgen por haber dado a luz una niña. Así lo recoge un autor cristiano educado en ambiente judío, que en el siglo II en Siria o Egipto, compuso en griego una obra que hoy conocemos como el Protoevangelio de Santiago que aporta numerosas detalles sobre la infancia de María. Este autor busca un sentido profundo de la escritura y hacer de la palabra divina algo comprensible y edificante.
Esta obra también contribuyó al florecimiento de fiestas cristianas, como la de San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús, padres de María y suegros de San José, que celebramos el 26 de julio.
"Ana padece dos de las peores situaciones que podía padecer una israelita de su tiempo: la viudez porque su marido ha huido al desierto y la esterilidad. Sin embargo, y ante la insistencia de una de sus criadas, decide cambiar el duelo por la súplica: baja a su jardín y bajo un laurel, alzando sus ojos al cielo, le suplica a Dios que le conceda la bendición de Sara, que le conceda un hijo", explica la profesora Pilar González Casado.
Y Santa Ana es escuchada. En su retiro en el desierto para orar y ayunar durante 40 días y 40 noches, Joaquín recibe el anuncio de un ángel para decirle que su mujer ha concebido. Otro ángel le dice a Ana que su vientre dará fruto y que su súplica ha sido escuchada. Ana decide entonces ofrecer el hijo que concebirá a Dios. Estos anuncios recuerdan al de la anunciación de la Virgen cuando le anuncia que va a ser la madre del Salvador.
Pilar González Casado explica que el autor del Protoevangelio, en clave cristiana, pretende llenar el silencio del Evangelio sobre el nacimiento e infancia de María recurriendo al Antiguo y al Nuevo Testamento.
Los dos esposos, alborozados se abrazan
"En Joaquín se reúnen Abraham, padre en la vejez, Joaquín acaudalado marido de Susana y Moisés, Elías y Cristo que ayunaron también 40 días y 40 noches. En Ana confluyen Sara madre en la vejez, Ana la madre de Samuel que sufre vejaciones por su esterilidad y que también ofrece a Dios su hijo y Susana que alza su mirada al cielo para llorar por una acusación injusta. Y la propia María que bendice a Dios por haberse fijado en ella", explica la profesora. En todos estos pasajes bíblicos se impregnan la personalidad de Joaquín y Ana y el nacimiento de María.
El autor del Proevangelio está empleando un método exegético que tiene importantes resonancias teológicas. "Está mostrando que la línea iniciada en Abraham y Sara tiene su continuidad y su culmen en Jesús y María porque el Antiguo Testamento es una profecía Cristológica y en Cristo se han cumplido todas sus promesas.
"Dios ha intervenido salvíficamente en la historia personal de Joaquín y Ana. Por eso, los dos esposos, alborozados se abrazan, y con ellos, la humanidad entera", concluye la Catedrática de Literatura Árabe Cristiana.
